¿Cómo usas tu poder? Algunas claves para entenderlo

Selenis Leyva, foto por Elise Gannett, Smith Talent Group

Tengo una pregunta para ti. ¿Qué sucede cuando lees la siguiente cita?:

Lo que me hace poderosa es que hago las cosas con pasión, no es solo lo que está de moda; hablo desde mi corazón, hablo desde la verdad”.

Esas palabras las dijo Selenis Leyva, afrolatina, quien es una actriz de New York con raíces cubanas y dominicanas. Ha participado en producciones como Orange Is The New Black y Diary of a Female President.

Voy a escribir sobre las tres cosas de esta cita que les marqué en negrillas. ¡Empecemos!

1. “Lo que me hace poderosa”

Eso me hace preguntarme ¿qué me hace poderosa a mí? Y me invita a preguntarte: ¿qué te hace poderosa/o a ti? ¿Alguna vez has pensado en eso?

 Creo que tengo mil recuerdos de las veces en que yo misma me he quitado el poder. Si pienso en lo que me hace poderosa, se me ocurren como dos cosas nada más, aunque reconozco que debe haber muchas más.

Somos poderosos de diferentes maneras: desde la escritura, desde la forma en que hablamos y cómo hablamos, desde lo que sabemos, desde la forma de ser y de ver la vida. En fin, de muchas formas distintas.

Tenemos poder, y la forma en la que actuemos, hablemos, caminemos y nos presentemos definirá si se multiplicará o desaparecerá. Tú y yo decidimos qué pasa con ese poder, no el resto del mundo.


2. “Hablo desde mi corazón”

Solo me puedo imaginar qué sucedería en el mundo si siempre hablamos desde nuestro corazón. Estoy casi segura de que podríamos tener un mundo muchísimo mejor. Nos sentiríamos mejor como personas también y no habría tanto resentimiento.

3. “Hablo desde la verdad”

 Con esta parte me identifico mucho como persona. No sé si han sido mis experiencias de vida o si simplemente vine con ese chip cuando nací, pero siempre hablo desde la verdad.

Si es demasiado duro, en ocasiones, simplemente hago silencio; pero soy de las que no se siente cómoda diciendo alguna mentira para hacerte sentir bien.

¿Cómo resulta? Pues, puedo dormir bien en las noches sabiendo que elegí lo correcto para mí y que evalué la situación para la otra parte. Porque la realidad es que, si no aporta nada a la otra persona, pero la va a hacer sentir mal, no importa cuánta verdad sea, simplemente estamos siendo egoístas si lo compartimos.

Ahora es tiempo de tomar acción. Decidir cómo queremos usar nuestro poder y desde dónde queremos hablar.

¡A brillar!

Anterior
Anterior

La diferencia entre un jefe y un líder.

Siguiente
Siguiente

Magic Black Girls: liderazgo y motivación para las mujeres de Ecuador y Latinoamérica