La diferencia entre un jefe y un líder.

Foto por Fortune Vieyra

Emprender es una labor dura y en la mayoría de los casos se convierte en un proyecto de vida. Es natural que muchos emprendedores tengan cierto éxito y su visión de negocio gane la dura prueba del tiempo.

Es entonces cuando el emprendimiento empieza a crecer. En muchos casos deja el ámbito familiar y se hace necesario tener un equipo muy bien preparado con el cual trabajar.

Si estás siguiendo este camino o quieres emprender en el futuro, debes saber que tú también puedes ser un gran líder. Para comenzar a correr en este camino, lo mejor es que aprendas en qué se diferencian los jefes de los verdaderos líderes.

Un buen líder conoce a su equipo

Es común oír que muchos jefes no son buenos líderes, en especial en la pequeña y la mediana empresa, donde tradicionalmente se ha descuidado la labor del liderazgo en pro de necesidades más inmediatas.

Si has tenido distintos jefes, seguramente hayas vivido en carne propia el hecho de tener un jefe que no es el mejor líder o que no toma las mejores decisiones. 

Tanto el que se ha convertido en emprendedor, como aquel que se desempeña en un cargo gerencial de una compañía debe saber cuáles son las habilidades de cada miembro del equipo.

Conocer las habilidades de cada quién también permite inferir sus potenciales. Esto es especialmente importante en momentos de crisis o en proyectos de gran importancia, que requieren trabajar al máximo.

Hay momentos que son de mucha más calma. Entonces se puede avanzar en analizar cuánto ha aprendido el equipo en los últimos meses, o cómo abordar los nuevos proyectos.

El verdadero líder sabe cuáles riesgos tomar

Cuando decimos que un buen líder sabe que riesgos tomar, no estamos asumiendo que cada riesgo que tome se transforme en un éxito automático, sino que el líder ha reconocido de forma hipotética cuales son los problemas que pueden surgir con un proyecto y cómo podrían solucionarse.

Pero como dos o más mentes piensan mejor que una…

Un buen líder escucha a todos

Para saber qué riesgos deben ser tomados y cuáles, por el contrario, deben posponerse, replantearse o ignorarse. Lo mejor es discutir con los miembros del equipo cuáles son las estrategias más idóneas para llevar a cabo un proyecto, así como el tiempo en que pueden lograrse dichos objetivos.

Un buen líder también está dispuesto a escuchar a su equipo en todo momento, pero en especial cuando hay algún problema que debe ser resuelto, pero también cuando algún procedimiento está desactualizado o puede mejorarse.

El líder se conoce a sí mismo, el jefe… no tanto

Saber liderar no sólo tiene que ver con conocer las habilidades de los demás, qué decisiones tomar o escuchar siempre. Ser líder tiene que ver con conocerse a sí mismo. Esto incluye:

  • Debilidades.

  • Fortalezas.

  • Emociones.

  • Reacción a la adversidad.

Para concluir, sólo falta decir que un líder no nace, se hace. La vida es aprendizaje constante; las habilidades de liderazgo se pueden cultivar poniéndolas en práctica cada día. 

 

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