El brillo lo llevas dentro

Muchos sueños mueren antes de nacer. A veces no es por miedo ni porque parezcan imposibles, sino porque nadie ha creído que podemos lograrlos. Ni siquiera nosotros mismos.

Una vez escuché una historia de un muchacho que era súper malo en la escuela. Tanto, que apenas pasaba de grado. Sin embargo, cuando recibió los resultados de los exámenes para entrar a la universidad, fue la puntuación más alta. Cuando vio las calificaciones, no lo podía creer. Entonces decidió que, si podía hacerlo así de bien, podría tener una carrera exitosa. 

Estudió cinco años y se convirtió en uno de los mejores ingenieros. Fue un excelente estudiante y tenía muy buenas calificaciones. Unos años después de haberse graduado, recibió una llamada en la que le informaban que los resultados que le dieron no eran los correctos. Él había reprobado el examen, así que ni siquiera hubiese podido entrar a la universidad con aquellos números. Ahora la historia era otra: ya él lo había logrado…. ¡y lo había logrado bien!

¿Cuántas veces dejamos que otras cosas nos definan? Un examen, una persona, un comentario, un mal día, etc. El brillo lo llevas dentro, solamente tú lo puedes ver. Cuando lo compartes, cuando haces algo con él, cuando te decides a ir por ese sueño, es el momento en que los demás pueden ver el brillo en ti. 

Si le hablas a tu mente de manera negativa y le dices que no puede, que no es suficiente, que no lo va a lograr, efectivamente eso es lo que va a suceder. Ahora, si le hablas bonito, le dices cuánto brilla, cuán lejos han llegado, lo bien que lo hace y le cuentas todas esas metas en planes, vas a ir cumpliendo poco a poco eso que deseas. 

Los pensamientos nos pueden subir a un pedestal y también nos pueden enterrar en lo más profundo y oscuro de nuestra mente. 

Entonces, ¿qué necesitas para creer en ti? ¿Que alguien se equivoque y te de una puntuación incorrecta, pero que te haga creer que sí lo puedes lograr? Todo el secreto está en eso que crees.

Si crees que puedes, no importan los obstáculos, los malos ratos ni todo eso que se va a atravesar en el camino hacia tu meta, porque al final sabes que lo puedes lograr. 

Por otro lado, si crees que no eres suficiente ni capaz de lograrlo, te vas a quitar de tu propia ruta al primer tropiezo. 

Cuida tus pensamientos, cuida de quien te rodeas, cuida lo que lees, cuida lo que ves: todo tiene impacto en cómo piensas.

El brillo lo llevas dentro… ¡A brillar!

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